La
última vez…
-Llegaste
temprano hoy, ¿sucedió algo?
-Hola
Jean… está todo bien, solo que nos dejaron salir antes porque el sargento tiene
a su esposa a punto de dar a luz, entonces como no había nada para hacer nos
fuimos.
-Te ves
cansado… déjame prepararte un baño…
-Bien,
gracias…
Mientras
el pequeño castaño realizaba su propuesta, el pecoso miraba con preocupación el
sobre dentro de un bolsillo de la chaqueta verde militar, faltaba poco, tan poco…
menos de una semana y su vida podía ser
tan distinta, un adiós y hasta pronto no sería suficiente, y no podía negarse
tampoco, era necesario el sacrificio…
-Ya
está listo cariño, ¡puedes pasar!
Antes
de pasar al baño el pecoso estampó un sonoro beso en la boca de su pequeño, a
lo cual este respondió efusivo. Ya en el baño se quitó la ropa pero tuvo
especial cuidado con el sobre de papel dentro del bolsillo, lo escondió debajo
de unas organizadoras en el closet del baño, asegurándose de que no quedaran a
la vista de nadie. Más tranquilo, procedió a bañarse.
El agua
tibia aflojaba sus preocupaciones, sus miedos, lo sumía en un profundo y
somnífero nido de seda que lo hundía poco a poco, haciéndole ver hacia el
pasado que guardaría siempre y el presente que no deseaba dejar ir, sumándose
al futuro que con pocas esperanzas no veía venir. Voces sonaban en el interior
de su cabeza, llamándolo por su nombre, luego una mano que lo sacudía con
suavidad. Ante este tacto Marco supo que debía abrir los ojos, pues el frío de
esa mano lo trajo otra vez a la realidad como jalándolo con hilos invisibles.
-Te
dormiste en la bañera… ¿estás bien? Los ojos del castaño reflejaban
preocupación.
-Ah
Jean… si, estoy bien, solo estaba algo cansado J
- Bien…
¿vas a cenar?
- Si,
en seguida voy.
-Te
espero en la sala…
Jean se
fue del baño y Marco se sintió culpable, alguna manera de decírselo debía
encontrar, no podía mentirle, menos a él, que lo había acompañado desde que
había tomado la decisión más difícil de su vida, acto del que ahora no estaba
seguro si se arrepentiría, convertirse en militar.
Marco,
se puso a recordar… hace 5 años atrás, el chico que lo había insultado de pies
a cabeza por haber chocado su auto, jamás imaginó que llevaría una vida junto a
él … una lágrima de impotencia se cayó de un claro de sus ojos marrones,
cayendo como su vida en un campo de batalla.
◄☼►
Marco
se decidió, a que estos últimos días fueran de memorias inolvidables, que su
presencia quedara a través de la muerte, ya que sentía que esta lo citaba con
inevitable temor L. ..
Salió
de la tina y se envolvió en una toalla, caminó hasta su habitación y sacó unas
mudas ligeras de unos cajones. Fue hasta la sala y todo ese valor que había
logrado juntar se desvaneció de la nada, Jean yacía tirado en el suelo.
♣♣
Luego
de unos días los médicos dijeron que su enfermedad estaba avanzando, que pronto
habría que iniciar tratamiento si se quería agarrar a tiempo su vida, que con
solo iniciar los trámites… dinero.
Marco
lloró de la angustia cuando estuvo solo, esa era su prioridad, conseguir el
dinero para los tratamientos de Jean, la tuberculosis lo estaba consumiendo de
a poco y el era lo que más amaba en el mundo… sintió un miedo tremendo. Luego
de que Jean abrió los ojos marco pasó a sentarse a su lado. Era hora de que
sacase lo que llevaba encima…
-Marco…
pasó otra vez… me siento cada vez peor… tengo miedo Marco…
-Tranquilo
Jean, estarás bien… ¡lo prometo, te recuperarás! ♥
- Marco… vi el sobre…
¿porqué no me lo dijiste cuando llegaste? Estaba… (Jean respiró cansado)…
buscando los medicamentos cuando lo vi, lo leí mientras dormías tonto… No
quisiera que te vayas… (Jean sollozó)
- Tengo que hacerlo. No
tenemos otra alternativa, no quiero verte morir Jean, no lo soportaría,
prefiero hacerlo por amor a alguien que perder a la persona que más amo en el
mundo por mi miedo a morir, vales más para mi que mi propia vida... Jean…
Jean bajó la cabeza.
Resignado. Marco sintió su dolor como propio.
↓↓☼
Los días pasaron y la
despedida estaba cerca, Jean estaba un poco más repuesto que los últimos días
luego de la recaída, aunque el dolor de la partida de Marco lo consumía más que
el dolor de su enfermedad, ¿si no volvía a verlo? ¿Qué sería de él? ¿La vida que construyeron quedaría en la
nada? No quería volver a pasar por eso, ya bastante había perdido soportando
eso… Se dijo que quizás habría una segunda vez, y no quería aceptarlo… Marco
era su luz, su alivio, su razón de vivir, sin él ya se habría rendido hace
mucho… cada roce, cada caricia, cada abrazo y cada beso, cada noche compartida
juntos de muchas maneras traía descanso al corazón del pobre Jean, quien ya
venía soportando mucho con pocos años L La enfermedad fue el detonador, cuando mas fueron uno
y se olvidaron de ser dos.
Esa mañana Jean se despertó
con la sombra de un recuerdo al lado en su cama, Marco no estaba allí, vio el
portarretratos con la última foto que se habían tomado juntos antes de que
partiera hace un par de años a otro país… fue un soldado honorable. Jean se
pasó la mano por la cara tratando de ahuyentar las lágrimas que lo quemaban
desde adentro, como aquel dolor que un día arruinó su vida, alejándolo de lo
que más amaba. Ese sueño había sido tan real… que Jean pensó que su realidad
podría ser tan solo un mal sueño, y fue feliz por un instante, que no olvidaría
nunca.
♥FIN♥